Durante la secundaria me encantaba jugar con mis amigas a que éramos Sailor Scouts . Sin embargo, antes de iniciar teníamos discusiones acaloradas porque todas queríamos ser Sailor Moon, y buscábamos pretextos para justificar que cada una de nosotras debía ser nuestro personaje favorito. A mí siempre me decían que era Sailor Mars porque tenía el cabello igual de oscuro y largo. Esto era verdad en apariencia; la realidad es que yo no vivía en un templo y tampoco era enojona. Tampoco quería ser Sailor Mercury , aunque debo reconocer que sí era estudiosa como ella, pero no era una niña tranquila, y mucho menos tenía el cabello cortito. Por el contrario, añoraba ser Serena en cada ronda, porque al igual que ella era olvidadiza, tragona, relajienta, enamoradiza, siempre se me hacía tarde, y los profesores me sacaban del salón por mal comportamiento. No prestaba atención a que era rubia, porque mi cabello era muy largo y podía hacerme dos coletas como e...
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