Dalí Corona. Ciudad de México, 1983
Poeta, guionista y articulista. Sus textos han aparecido en diversas revistas, antologías y diarios de México y el extranjero.
Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía en dos ocasiones, así como del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) 2010-2011 y 2014-2015.
Su libro Ansiado norte mereció el Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” en 2009, mientras que su libro Cartografía del Tiempo el premio “Francisco Cervantes Vidal” en 2012. En 2024 le fue otorgado el Premio Nacional de Poesía Joven Raúl Rincón Meza por su libro Jardín de sombras. Además ha publicado los poemarios Voltario y Desfiladero.
Fue tutor de la generación 2020/2021 en la especialidad de poesía del programa Jóvenes Creadores del Sistema Nacional de Creadores de Arte y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte 2019/2022. De igual manera ha impartido talleres, cursos y seminarios sobre literatura y poética.
Puedes conocer las actividades del autor en Facebook e Instagram
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Paciencia
Chisme
Papalotes
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
* Soledad segunda, Luis de Góngora
[Versos 966-979]
A media rienda en tanto el anhelante
caballo, que el ardiente sudor niega
en cuantas le densó nieblas su aliento,
a los indignos de ser muros llega
céspedes, de las ovas mal atados.
Aunque ociosos, no menos fatigados,
quejándose venían sobre el guante
los raudos torbellinos de Noruega.
Con sordo luego estrépito despliega
(injuria de la luz, horror del viento)
sus alas el testigo que en prolija
desconfianza a la sicana diosa
dejó sin dulce hija,
y a la estigia Deidad con bella esposa.
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
* Soledad segunda, Luis de Góngora
[Versos 966-979]
caballo, que el ardiente sudor niega
en cuantas le densó nieblas su aliento,
a los indignos de ser muros llega
céspedes, de las ovas mal atados.
Aunque ociosos, no menos fatigados,
quejándose venían sobre el guante
los raudos torbellinos de Noruega.
Con sordo luego estrépito despliega
(injuria de la luz, horror del viento)
sus alas el testigo que en prolija
desconfianza a la sicana diosa
dejó sin dulce hija,
y a la estigia Deidad con bella esposa.
Comentarios
Publicar un comentario