Ir al contenido principal

Tiempo de lectura

L15. 'La historia de Chunchintok', Mario Chan González | Narraciones mayas de Campeche

Arte digital generado desde Ideogram AI

Nuestra charla será el viernes 16 de agosto de 2024 a las 20:00 hrs., por Facebook Live

Narrado por Mario Chan González, de 66 años, de Chunchintok, HopelchenCampeche

Versión castellana

La historia de Chunchintok

César: Antes que nada, ¿cómo se llama señor?

Mario: Mario Chan González.

César: ¿Mario?

Mario: Chan González.

César: ¿Usted nació aquí?

Mario: Aquí nací.

César: ¿Cuántos años tiene?

Mario: Sesenta y seis, nací el diecinueve de enero del cuarenta y cuatro.

César: ¿Usted vive aquí, señor?

Mario: Soy de aquí, de aquí soy.

César: ¿Se ha ido a vivir a otro pueblo, o algo así?

Mario: No. Anduve trabajando en muchos lugares, eso sí.

César: Anduvo viajando mucho.

Mario: Anduve en muchos lugares trabajando. Tan sólo en Yucatán pasé dos… como unos tres años estuve en Yucatán.

César: Tres años.

Mario: Cuando estaba empezando Cancún.

César: ¿Fue allá?

Mario: Viajaba mucho allá.

César: Pero no se quedó a vivir allá.

Mario: No, no, no. Si Cancún era pura selva, no era lo que es ahora Cancún. Donde está ahora la gasolinera, donde está la copa, era pura selva alta, pura montaña [1] grande.

César: Era pura montaña.

Mario: Montaña.

César: ¿Entonces usted vio cómo era antes?

Mario: Hombre, sí lo llegué a ver, puro saraguato y otras cosas habían ahí. A mí me estaban dando un pedazo de terreno, pero no me quedé. De verdad era pura montaña. ¿Quién hubiera dicho que Cancún llegaría a ser una ciudad? No, nadie lo hubiera pensado porque si no hasta yo hubiera aceptado el terreno que me daban, era de una hectárea. ¿Cuánto costará ahora? Pero uno no sabía que iba a suceder así.

César: Señor, ¿y sí nos va a platicar sobre este pueblo?

Mario: Sí.

César: De Chunchintok.

Mario: Sí.

César: Entonces, ¿puede empezar otra vez a platicarnos?

Mario: Mucho antes de que hubiera el arroz, había chicle, sólo eso se trabajaba, puro chicle.

César: ¿Aquí?

Mario: Sí, aquí. Desde diciembre, subías a la montaña, ándale, andabas un rato ahí y en mismo diciembre bajaba la gente. Después volvía a subir en mayo, en mayo, que es cuando empieza a llover, a llover, a llover, a llover. Era como para estos tiempos, en esta época toda la gente estaba en la montaña. Puro chicle.

César: ¿Y dónde se sembraba el chicle?

Mario: Era por estos rumbos, pero no se sembraba, era puro chiclear.

César: Ah, ya había.

Mario: Ya habían los árboles, sólo tenías que chiclearlo para que le salga la resina del árbol, sí, sólo eso. Después se cocía y se enmarquetaba en pequeñas marquetas de a diez kilos, ajá.

César: ¿En qué año fue eso, señor? ¿Se acuerda?

Mario: En mil novecientos ochenta. Era puro chicle, era puro chicle. Bueno, eso es lo que llegué a ver, pero desde mucho antes era puro chicle, no había nada más. Lo que criaban aquí también eran puros cerdos. Había reses, pero no muchas. Había muchos cerdos, gallinas, y otros animales. Un cerdo grande de ciento veinte kilos costaba ochenta pesos, una carga de maíz costaba cuatro pesos, sí.

César: ¿Y dónde agarraban el maíz?

Mario: Pues en esas tiendas, ahí te lo daban. Pero no había que comprarlo, era de trueque, puro trueque. Así era con la mercancía y la ropa.

César: Ah. ¿No era comprado?

Mario: No se compraba con dinero, todo era por trueque. Si casi no había dinero. Yo no llegué a ver cuando circulaba el oro, pero dicen que sí hubo, eso decía el difunto de mi papá. Eran sólo de a cinco centavos, diez centavos, ajá. Yo no los llegué a ver. Estaba también el real, que le decían.

César: El real, ¿qué era?

Mario: También era dinero, dos reales, un real, tres reales.

César: ¿Era de oro, no?

Mario: No, eran puros sencillos. Pero después empezó a circular ése que dices, después puro oro, puro oro.

César: ¿Qué significa el nombre de este pueblo, señor?

Mario: Chunchintok, chin, son los testículos de uno, ajá. Chun es “tronco”, es el tronco de un árbol de chintok. Chuun, chíin, tok. Tok, es el pedernal, ajá, eso quiere decir. Troncos, testículos, pedernal, eso quiere decir el nombre del pueblo de aquí.

César: ¿Este pueblo?

Mario: Sí, porque ése es su nombre. Bueno, los nombres de sus partes, porque como digo, chun, es el tronco de un árbol de chintok, ajá, chun. Chin son los testículos de uno, eso es. Tok, es el pedernal.

César: Me decía hace rato que también sabe historias, de aquí, sobre aluxes.

Mario: Aah, claro que sabemos. Entonces cuando terminó lo del chicle, hubo un gobernador, porque nosotros al primer presidente de la República que fuimos a ver fue a López Mateos, fue al primero.

César: ¿Usted fue?

Mario: Sí, sí fuimos. Nos dieron de a cinco pesos para ir, para que fuéramos a verlo. Fue el primer presidente de la República que pisó Campeche. Él fue el primer presidente de la República. Fuimos a Campeche aquella vez. ¡Puta madre! ¡Cuánta gente fue! Hermano, camionadas de gente. Aquí sólo era una veredita, bueno, era camino para camiones. Era camino bruto, no había pavimento no había nada, ajá. Para salir los camiones tenían que arrastrarse en el lodo, donde pasaban los camiones sólo eran vereditas. Aquellos camiones pequeños eran del cuarenta y dos, de los años cuarenta y cuatro, ¡pero qué camiones! Esos eran camiones verdad. Te digo que hasta chirreaban cuando subían los cerros, hermosos camioncitos, puro Ford, puras camionetas Ford, pero de las antiguas. Pues sí. A Balín le queda una Ford aquí.

César: ¿A quién?

Mario: A Balín. Una Camioneta, creo que una cuarenta y cuatro, cosas antiguas, puras máquinas buenas. Ajá, actualmente no hay refacciones para esas cosas. Eran latas de primera calidad, olvídate, no lo abollabas si lo chocabas contra un árbol o algo, era como fierro esa cosa. Y entonces llegó López Mateos. López Mateos, cuando vino, creo que era un martes o jueves. No recuerdo quién estaba de presidente y quién estaba de gobernador. En Campeche, creo que era Luís Cortínez. Entonces más tarde llegó… ¿cómo le dicen? Ah, Ávila. ¿Cómo se llamaba? Era el presidente municipal. El gobernador era Ortiz Ávila, él fue quien abrió los caminos aquí, él fue quien hizo la primera escuela aquí, Ávila. ¡Caramba! ¡Con máquinas, muchacho! E hizo la carretera, ¡vámonos!, con mano de obra, sólo así. La hizo la gente con puras carretillas. En esa época usaban el mexamón, así le decían, tenías que retacarlo en el tronco del árbol. Cuando explotaba, se llevaba pedazos de la madera.

César: ¿Qué se llevaba?

Mario: Las partes más duras de los árboles, las quitaban y luego ahí le ponían el mexamón en el tronco. Cuando estallaba esa cosa, ¡ay Dios! Despedazaba el tronco de los árboles. Pura mano de obra. Nosotros hicimos la carretera que va hasta Dzibalchén, fue el primer camino, el camino a Hopelchén. Era pura terracería ese caminito, pura terracería. ¡Ay hermano! Cuánto sufríamos. ¡Ay hermano! Carajo, estaba dura la situación, muchacho. Así fue que se hicieron los caminos cuando se empezó a trabajar el arroz.

César: ¿Arroz?

Mario: Sí, el arroz, aquí en Chunchintok.

César: Se acabó el chicle.

Mario: Se acabó el chicleo y se empezó a trabajar la milpa y el arroz.

César: ¿Arroz y qué más?

Mario: La milpa. La milpa se hacía, pero no mucha. No se había empezado a trabajar bien el arroz. Y el camino donde pasaba el camión, era pura mano de obra. Ahí iba la gente a trabajar. De Kankabchén pasaban por Timbul hasta Yal-ak, ahí pasaba la gente. Esos fueron los primeros caminos que tuvimos. Entonces después entró Ramón Barrera, el licenciado Ramón Barrera, sí, Ramón Barrera. Él hizo el parque, así de una vez lo hizo, y de una vez metió la luz, y de una vez hizo también el palacio. En un solo año se hizo todo.

César: ¿En qué año?

Mario: Creo que en mil novecientos setenta se hizo el parque. Pucha, pura maquinaria, muchacho. ¿Quién diría que surgiría Chunchintok? No hombre, camiones, se llevaban tráileres de arroz, los tractores. Yo semanalmente cobraba cincuenta millones, cuarenta millones de pesos porque trabajaba todo hasta por allá. Cuando iba al banco, eran costales de dinero, los llevábamos cargando. ¡Cuaz! Tiraban el dinero en el banco, ajá. Aquí ¡cuánto dinero se pagaba! Hasta más de cinco millones de pesos semanalmente se le pagaba a la gente de aquí. Porque eran millones en esa época, no como ahora. Los billetes de cien pesos eran los largos. Pues, muchacho, la vida de Chunchintok, no imaginamos que se echaría a perder, y ya.

César: ¿Se echó a perder?

Mario: Se echó a perder, porque de antes la gente… bueno, no éramos muchos, hasta con la fagina, las calles estaban bonitas. Para Día de Muertos, no había ni pavimento, pero no importaba: eso sí, las calles estaban limpias. Cuando se acercaba el Día de Muertos, todos andaban limpiando las orillas de las albarradas de sus casas, blanqueando las albarradas y se limpiaba todo. Ahora ya no, desde que entró papá gobierno, todo cambió, ya se acabó todo eso. Y empezaron a decir que estaban dando créditos en el banco y otras cosas. Porque de antes nosotros… bueno, yo llegué a hacer quinientos mecates de milpa, [2] hasta mil mecates llegamos a hacer con mi hermano y compramos una camionetita vieja, pero por nosotros mismos. ¿A quién le pedimos dinero? A nadie. Me acuerdo bien cuando compramos ese camioncito, treinta, treinta mil pesos un camioncito, caramba. Para comprarlo, esos treinta mil, hermano, era mucho, mucho, era mucho dinero. No es como ahora, porque los camiones nuevos, un camión nuevo cuesta hasta cien mil. ¿Y cómo podríamos juntar cien mil? Entonces, pues que llega lo del arroz. Cambió la vida en Chunchintok, y se empezó a trabajar el arroz. Yo era el comisario ejidal en ese entonces. Creo que fueron mil quinientos millones de pesos los que manejé por todo. Después, cuando me sacaron, había cien millones de pesos en el banco cuando salí y estaban listas mil hectáreas de tierra. Hice todo eso y además dejé ese dinero. ¡Ay hermano! Y que los ponen a hacer otras cosas, hicieron ahí una parcela, quedó limpio el terreno. Y que llega Rosa María de Negro, otra política, y empezaron a decir que me robé mucho dinero, que la puta madre, y pasó de todo. Entonces la gente se enojó porque yo fui comisariado en la época de Salinas.

César: ¿Comisario de qué?

Mario: Comisario ejidal, en la época de Salinas fui comisario ejidal. Hablé con Salinas en Hopelchén, hablé con él en Dzibalchén, en Ukum. Es más, él ordenó que me dieran un camión de pasaje para dar servicio.

César: ¿Que dieran qué?

Mario: Un camión de pasaje para que pudiera haber servicio, porque no había servicio de camión de pasaje aquí. Se asombró la gente cuando escucharon que llegué con el camión, incluso a los de Hopelchén no les habían dado uno. Costó treinta y ocho millones de pesos, papá. ¿Quién te daría ese dinero? Ni diez centavos puse yo. Y empezamos a usarlo. ¡Puta! Eso fue lo que vio la gente y dijeron que me robé dinero. Pero, ¿de dónde lo iba a robar? Si el camión me lo mandó Salinas pero además lo pagamos. ¿Me entiendes? Nosotros éramos un grupo de cuarenta y cinco personas que no queríamos que se vendiera la maquinaria, porque ya habíamos visto que había trabajo, que había dinero para la gente. Pero cuando entraron otros políticos, se deshizo todo. A nosotros nos encerraron aquí, puta, no nos sacaban, y yo les dije: “Pues, sáquenme para que se investigue, hay autoridades para que nos juzguen. Si es verdad que tomamos el dinero, que nos castiguen para que así se nos quite lo tontos y no se nos ocurra tomar otra vez algo que no es nuestro”. ¡Mare, muchacho! Pues me hicieron auditoría, me dijeron que me iban a hacer la auditoría, puta madre, yo no sabía lo que era una auditoría, si yo solamente estudié mi primaria. Pero de antes, chavo, la raíz cuadrada y todo eso, carajo, eran cosas que sabíamos.

César: ¿Eso lo aprendían en la primaría?

Mario: Ah, sí, todo. Pues en cuanto a las cuentas, carajo, eso no nos detiene, las sabemos. Aprendimos eso porque de antes, si no lo aprendías, te encerraban en la escuela, y si en tres días lo aprendías, en tres días te dejaban libre.

César: ¿Quién te encerraba entonces?

Mario: Ellos, los maestros. Sí había orden. Si tenías un poco de tierra en las uñas o así, te las cortaban todas. Te lavaban las manos, si tenías piojos tenían que raparte, porque aquí había orden. Aunque con ropa remendada, pero que estuviera limpia. Que así era, que así era la escuela en esa época, sólo era de láminas, pero sí nos enseñaban. Si no aprendíamos, cuando llegaba la madre y el padre nos pegaban. Y además estaban los maestros. Cuando se retiraban, si no habías aprendido algo, ellos te ponían de rodillas unos diez minutos sosteniendo dos piedras. Sí, era dura la situación. Por eso aprendimos. ¿Qué te daban para sacar tus cuentas? Un puño de maíz para que hicieras tus cuentas, lo tenías que hacer, tenías que lograrlo. Si tenías que quedarte tres días para lograrlo, te quedabas tres días ahí, hasta que te saliera. Había ley, no como ahora que hasta te puede insultar un muchacho. Llegando a esta hora, no veías a nadie andando. Nosotros entrábamos temprano, no como ahora que los dejan salir, papá. Cuando mi papá fue a arreglarle su matrimonio al difunto de mi hermano y luego le dijeron que la muchacha ya sabía, ya lo habían arreglado todo para que vaya a verla.

César: No se podía que él fuera a verla sólo así.

Mario: No se podía, no se lo permitían.

César: ¿Y cómo eran antes? ¿Cómo se hacía de antes la…?

Mario: Pues iban las personas mayores, ellos entraban a hablar, ellos se encargaban. Ellos hablaban con el papá de la muchacha. Si la muchacha aceptaba, si decía ella “está bien”, mandaban al joven a verla.

César: Ajá, aunque ellos no hayan hablado antes ninguna vez.

Mario: Ah, no, aunque ni siquiera se conocieran antes. Al llegar daba los buenos días o las buenas tardes, y el papá de la novia le decía:

—Ah, tú eres. ¿Tú eres el joven?

—Soy yo.

—Ajá, bien, ¿cómo no? Ya está arreglado, pasa a verla. Si la muchacha te gusta habla con ella, platiquen libremente.

Y pues así estaban en un cuartito.

—Pasa, platiquen y si se da algo, pues de una vez.

César: ¿De una vez?

Mario: De una vez, tienes que dar la dote, tienes que darla, tienes que dar la…

César: ¿Tiene que dar qué?

Mario: La dote.

César: ¿Dote?

Mario: Dote.

César: ¿Y qué es eso?

Mario: Se tienen que dar los zapatos, tienen que dar la ropa para la mamá de la muchacha, todo completo. Además tienen que llevar un almud de chiles, tienen que llevar maíz, un almud de maíz.

César: ¿Quién lleva eso?

Mario: El que pide a la muchacha. De licor, lleva una botella. En esa época así se hacía. El licor era Jol Catsín, el mejor licor que había.

César: ¿Cómo se llama?

Mario: Jol Catsín. Y una botella de jerez, eso tienes que llevar para la pedida y tres kilos de chocolate de tablilla con pan dulce, también tienes que llevar pan dulce. Y también tienes que buscar quién lo va a entregar.

César: Ah, ¿no lo entregas tú?

Mario: No, ni siquiera el papá del muchacho, otra persona lo entrega. Después de todo eso…

César: ¿Y a quién tienes que conseguir para que se lo entregue?

Mario: A cualquiera, ya sea un amigo o un familiar.

César: ¿Debe ser una persona mayor o…?

Mario: Sí, una persona mayor, para que sea el que arregle todo y para que entreguen a la…

César: Mare, se llevan muchas cosas.

Mario: Son muchas cosas, no pienses que es fácil.

César: ¿Y cuántas veces se hace la pedida?

Mario: Sólo una vez. Una vez que ya se asegura, los casan. En la boda, caramba, pura tortilla, puro refresco, en esa época no había ni… ¿cómo le dicen? Ni refresco. No ves que no había aquí, no había refresco, sólo chocolate. El licor se tomaba seco.

César: ¿Seco?

Mario: Solo, o con limachina, o con toronja, o algo así, pero no había refresco. No se conocían lo que eran los refrescos, no había refrescos. Caray, si ni radio había.

César: Ah, ni radio había.

Mario: No había radio. Creo que por ahí de mil novecientos setenta, cuando llegó la primera radio aquí, la caja de la estructura era de madera. En la época cuando peleaba Becerra con Elí Mí [3]. Puta madre, aquí estábamos toda la noche encerrados escuchando.

César: ¿Becerra con quién?

Mario: Elí Mí. Eran los nombres de los boxeadores.

César: Ah, en el box.

Mario: Sí, en el box.

César: Ustedes lo escuchaban en la radio.

Mario: Lo escuchábamos en la radio, en la primera radio, quizá también eran los primeros peleadores. Caramba, hombre, era una máquina, muchacho, era toda una fiesta esa cosa. Puta, si nadie había escuchado tocar antes. Sólo por decir algo, el primer avión que llegó aquí, ¡mare, muchacho! Salíamos corriendo, porque no sabíamos que era.

César: ¿Qué era?

Mario: Un avión.

César: ¿Ya había llegado un avión aquí?

Mario: Aquí de antes despegaba un avión, ajá, ahí venía. Ahí, en el avión, llevaban a los enfermos, y ahí también traían un poco de mercancía.

César: ¿Y a dónde llevaban a los enfermos?

Mario: Allá en Dzibalchén había doctor. Si no, se los llevaban a Hopelchén.

César: Porque no había estos caminos.

Mario: No había, no había, ajá.

César: ¿Y entonces de quién era el avión?

Mario: Era del difunto, un tal Quique.

César: ¿Era de aquí?

Mario: Era yucateco.

César: Ah, yucateco.

Mario: Era yucateco. Por valiente murió el angelito.

César: ¿Qué le sucedió?

Mario: Bueno, estaba fallando su camión y así se fue manejando, aunque estaba fallando el motor se fue. No alcanzó a llegar a Dzibalchén y murió, creo que dicen que se volcó. Nosotros le metíamos un empaque en la llanta, era un buen avión. Así despegaba, y así nos íbamos. Ése fue el primer avión que llegó aquí.

César: ¿Y qué hizo la gente del pueblo cuando vieron llegar un avión?

Mario: ¡Puta madre! Fue difícil, porque no los conocíamos.

César: ¿Le tenían miedo al avión?

Mario: Le teníamos miedo, y eso que nos dijeron que venía la avioneta. Bueno, si hasta ahí donde abrieron el primer camino, dicen que faltando como más de dos leguas para que llegue la carretera aquí, la gente ya iba a ver, porque no conocían los tractores. Cuando iban abriendo este camino lo que se sacó aquí fue mucha madera, también fue parte de la economía de aquí, la madera. Pues muchacho, Chunchintok tiene muchas historias, hermano. Cuando fui comisario, sólo porque no hice un libro, porque si no, sería un gran testimonio, hubo muchas cosas. Pues entonces, nosotros hasta hoy tenemos esa idea, porque el difunto de nuestro papá nos dijo que hay deidades, hay también aluxes. Tenías que ofrendar una bebida.

César: ¿Hasta hoy se hace?

Mario: Yo lo hago hasta hoy, constantemente ofrendo la bebida sagrada en mi milpa. Pero hay quienes ya no lo hacen, ya se acabó todo eso. De antes sí se hacía.

César: ¿Usted todavía lo hace?

Mario: Yo todavía lo hago.

César: Pero, ¿cómo se lo platicaba su papá?

Mario: Desde que veas que se están comiendo tu milpa, es que se necesita ofrendar la bebida sagrada, porque son gusanos los que están comiéndose la milpa. Si ves que esos animales te están comiendo mucho la milpa, ofrendas la bebida y cesa un poco, ajá. Tú, cuando entregas la milpa, tienes que decir así: “Aquí la entrego, porque ésta es mi milpa, cuídenmela, no dejen que se la coman toda”. Bueno, ahí mismo en la milpa se ofrenda. 

César: ¿A quién se le pide?

Mario: A los aluxes, a Dios padre, al Dios verdadero y todo. Para que les den el poder también y que cuiden nuestro lugar. Todo eso, muchacho, pues así es, hermano, pero hoy ya se ha olvidado.

César: Ya se olvidó.

Mario: Ya se olvidó, incluso a la santa Iglesia, no hace mucho que ya van, bueno, hay algo de gente que va. Porque de antes se había olvidado. Hasta cuando tenías sarampión o esas enfermedades mayores, las que dicen que les daba a la gente, tenían que ofrendar la bebida. Asentaban las jícaras en aros de bejuco, en esas cositas, bejuco, luego las colgaban.

César: ¿En dónde se ofrendaba, en la casa?

Mario: En la puerta, en la puerta de la casa.

César: Ah. En la puerta de la casa.

Mario: En la puerta de la casa. Al final se sacrificaba una gallina para ofrendarla también, para entregársela a los señores de la selva, y se rezaba. ¿Qué más? Después del santo rezo, pues, se le pide a Dios que salve al enfermo.

César: ¿Quién hace entonces el rezo, el santo rezo?

Mario: Pues el santo rezo lo manda Dios. ¿Qué más? Así como la enfermedad, Dios nos castiga así. Él, Dios lo manda. No hay nada que Dios no sea el que nos lo manda, todas las enfermedades, todas las cosas. Es como la borrachera, no vayas a creer que es buena, causa muchas enfermedades. Hay veces que ni comes, ni nada. Pues de ahí vienen las enfermedades. Yo pienso que quizá desde antes ya había el cáncer, sólo que no lo conocían las personas. De repente decían que murió tal fulano. Cuando se moría la gente aquí, muchacho, todos los días había dos muertos. Todos los días, de dos en dos, todos los días de dos en dos.

César: ¿Eso fue hace mucho?

Mario: Hace mucho, uuy, ya fue hace mucho. De dos en dos morían los niños y hasta las personas mayores.

César: ¿Y qué los mataba?

Mario: Puras enfermedades.

César: ¿No se sabe?

Mario: ¿Cómo se iba a saber? Si no había nada. Como sabes, cuando había enfermedades, se usaban puras medicinas de hierbas para curar, para la diarrea está la malva, xkotsnej max, en maya. Se hierve y te preparan un lavado de estómago, con eso es suficiente.

César: ¿Qué hierba es?

Mario: Xkotsnej max, la malva y otras cosas de ésas. El injeblo es para el mal de estómago. Hay ahí en el cerrito, ahí lo puedes agarrar, si estás mal del estómago. O se tuesta el huevo en la ceniza del fogón, y caliente, caliente, se pone, se condimenta y te lo pegan en la panza.

César: ¿Qué le ponen?

Mario: Recado, y te lo pegan en la panza cuando te vayas a dormir. Nosotros a veces despertando nos lo comemos, ajá. ¡Mare! Pero sí se cura uno, muchacho.

César: Se cura uno.

Mario: Se cura uno. Estrellan el huevo en la ceniza y ahí se cuece. Cuando lo sacan caliente, caliente, te lo amarran en la panza. Son muchas, son muchas las formas en que vivían las personas. De antes no había agua potable, no había nada, sólo agua de pozo, sólo agua de laguna, de los pozos. ¿No ves esos pozos que están ahí en la plaza?

César: Sí, los veo.

Mario: Bueno, esos son los pozos antiguos, de esos pozos llegaron a tomar agua hasta cien cabezas de ganado, más la gente que hay aquí.

César: ¿Cuántos pozos son?

Mario: Hay como unos tres aquí. Aguantaron, no se secaron. Lo que sí, es que llegaron al punto de que nos repartían el agua. Pero no había nada, no había luz, no había nada, sólo con velitas, puro gas. En los pequeños quinqués donde venía antes, ahí vertías el gas y le ponías la mecha y con eso pasabas la noche, y así era la vida, muchacho. Entonces empezó a llegar la radio, y empezó a llegar la vitrola de manivela. Tenías que darle cuerda para que toque el disco. Fue de las primeras cosas que llegaron.

César: ¿Se llamaba vitrola?

Mario: Sí, vitrola, ponían el disco y empezaban. Se cansaba uno y entraba otra persona, luego entraba otro a seguirle. ¿Y sabes qué usaban para alumbrar? Puro xkan chan, tea. Cortaban la leña primero y echaban la tea o la xkan chan al fuego, y quedaba alumbrado. Ahí bailaban, ahí bailaban.

César: ¿Cómo me dijo que se llama?

Mario: La tea, tea. Cortan la xkan chan y la parten, ¡puta! La clavaban en el piso y quedaba todo alumbrado. Así es hermano, muchas cosas, bueno, era más, había buena vida, había comida, pavo, venado, lo que quisieras comer. Las gallinas sólo así brotaban, ahí bajo los árboles, abundaban. Chachalacas, pavos de monte, lo que quisieras comer, había. No faltaba nada. Sólo con salir allá a la salida del pueblo, hasta jaguares subían allá en la Santana, sí había jaguares.

César: ¿Dónde subían?

Mario: Allá, hasta donde está el cementerio, allá subían. En una ocasión uno mató a una res allá y ahí lo mataron también. Pues es que no tenía miedo.

César: ¿Hoy en día ya no hay jaguares?

Mario: Sí hay, todavía hay. No hace mucho mataron a uno. Pero las cosas no son como antes, porque de antes era más montañoso aquí, no habían desmontado, era selva grande. Nosotros tenemos montañas sólo porque… bueno, si fuera época de seca, te llevaría hasta allá. Hay puros cedros y todavía se conserva la selva y hay dos grandes ríos allá, puras ciénagas buenas. Nosotros tenemos selvas grandes, no como éstas que ves, tenemos montañas grandes también. Sólo quedan como unas veinte hectáreas aquí, pero allá sí hay selva de verdad. Hay jaguares, allá hay dantos, [4] hay venados, hay monos, hay saraguatos, de todo hay allá, sí.

César: ¿Y cómo se hacía la milpa de antes?

Mario: Sólo con hacha. Sólo con hacha, sólo con hacha y machete y coa. No se fumigaba, todo se tenía que desyerbar.

César: Se tenía que desyerbar.

Mario: Sí, sólo desyerbándola. Así era la vida. No hombre, yo ya había crecido, quizá como esos niños que están jugando ahí, y todavía vestía huipil y alpargatas.

César: ¿Huipil?

Mario: Hupil.

César: ¿Cuántos años tenía en esa época?

Mario: Tenía como unos ocho años y usaba huipil.

César: ¿Y alpargatas?

Mario: Y alpargatas, no se conocían los pantalones. Sí, ¡puta! Muchos dicen que era duro, pero quizá era mejor, porque había respeto, había todo, hermano. No como ahora que haces las cosas sin pensarlas. Si robabas, ay, te fregaban. Ah, tenían que fregarte, tenían que… bueno, depende del delito que hubieras cometido. Tenías que sacar diez, quince cargas de tierra de sascab, cargándolas en la espalda, no hay comparación si fuera con carretilla o algo así, pero sólo era cargándolas en la espalda. Tenías que sacar cargando también cien piedras.

César: ¿Quién te asignaba el castigo?

Mario: La autoridad.

César: Pero la autoridad ¿era como la de ahora? ¿Era un comisario?

Mario: Sí, un comisario.

César: O era de…?

Mario: No, sí era comisario. El que había sí era comisario y había también policías.

César: ¿De antes había policía aquí?

Mario: Pero era la misma gente de aquí, que les daban su tortol. [5]

César: ¿Qué es eso?

Mario: Un pedazo de madera, ajá. Si no podían aún con los tres que ponían de policías, si no podían, sólo con que dijeran “¡Auxilio!”, decían, y puta, se juntaba la gente y lo agarraban. Se acercaba la gente a sujetar a quien causaba el relajo. Por eso te decía que había más justicia, había coordinación entre la gente, no como ahora que se dividió la gente. Ahora un niño sin pensarlo te insulta, ajá. Te decía que el estudio de antes era así, el maestro andaba con su regla viendo si estabas hablando o algo y ¡zaz! Te sonaba en las nalgas con su regla. Si no, te pegaba en la nuca. Sí había leyes, era otra cosa, mare, muchacho.

César: ¿Y hablaban maya los maestros de antes?

Mario: Sí, no… sí hablaban más maya. Pero la situación era que los maestros, creo que ni tercer año habían estudiado y ya eran maestros. No había maestros de profesión, ajá, pero ellos también sabían mucho.

César: Sí sabían.

Mario: Sabían mucho. No como ahora que hay quienes estudian el tercer año y les preguntas y no saben ni en qué periodo estuvo algún presidente de la República. Cosas así, no las saben. Ajá, es que no hay estudio, y eso que los libros que traen son gratuitos, son buenos libros, todo viene pintado, ahí se explican las cosas, no como antes. Si no se compara con lo que aprendimos nosotros. Yo no sé escribir así de molde, puras minúsculas. Yo no sé escribir así.

César: Puras minúsculas.

Mario: Puras minúsculas. Cuando hice una solicitud para un camión, dirigida a Salinas, usé

puras minúsculas, así preparé eso.

César: ¿Manuscrito?

Mario: Manuscrito, qué máquina ni que nada, así se lo escribí. ¡Mare muchacho! Me dio hasta su número de teléfono. ¿Sabes cuánto me mandó Salinas para los gastos? Eso es lo que no sabe la gente. Me mandó cinco millones en esa época, para hacer los gastos.

César: ¿Qué gastos eran?

Mario: Para hacer la gestión en Campeche. Llevaba hasta cuatro o tres personas conmigo y tenía que dejarles cien pesos en sus casas, ajá.

César: ¿Qué solicitaba en esa época?

Mario: El camión de pasaje. Si todos me decían que estaba loco, que porque no me iban a dar el camión. Hopelchén ya había solicitado el suyo y no, todavía no les daban a ellos. Primero me dieron el mío. No lo creía ni el presidente municipal, ni el gobernador. ¡Puta! Estaba asombrado. Mario Mena era el de tránsito, cuando era federal como unas seis veces, me quitaba la gorra y la azotaba en su oficina. Decía que no, bueno, que jamás nos iban a dar el camión. Y le dijeron: “Pues cómo ves que sí”. Y después yo le dije: “¿Sabes qué? Son órdenes del señor Presidente de la República, que ya no quiere más líos, que él quiere que la gente prospere.” Mare, así muchacho, ajá. Me pasaron muchas cosas, cuántas cosas, pendejadas, muchacho.

César: Mare, ha visto muchas cosas, señor.

Mario: Sí, hemos visto muchas cosas, hemos trabajado. A mí hasta el día de hoy me respeta la gente porque no me encerraron. Bueno, me encerraron aquí, pero sólo por ignorancia. A los tres días, me hicieron auditoría y hasta habían sobrado creo que como unos veinte mil pesos. Sí, me sobraron, en la época de Salomón, el que salía, él mismo me decía, “Mira…”, bueno él me estaba dando una casa en Campeche, me estaba dando una camioneta para que trabajara y todo. Porque esta gente se enojó, se enojó, ¡puta! Si hasta me querían matar. Estando yo ahí, encendieron gasolina en el techo del calabozo, muchacho. Mataron a nuestras reses y cosas así. Hasta envenenaron a nuestras reses. Sí, se pusieron difíciles las cosas muchacho, uta.

César: Esta gente es algo brava entonces.

Mario: Mare, muchacho.

César: Son bravos los de aquí.

Mario: Son bravos porque no… bueno, sólo una cosa, lo que pasa es que fueron incitados por otros políticos. No es por otra cosa más que por eso. Así pasaron las cosas, no porque aquí se haya levantado esto, fue la gente de afuera que les sirvió para hacer política. Por eso se echó a perder todo. A mí, cuánto no… bueno, yo, hasta ahora estoy tranquilo. El ingeniero que vino aquí y me dio un abrazo es mi amigo íntimo, con él trabajábamos lo del arroz.

César: Hace mucho que lo conoce.

Mario: Hace mucho que conocí a estas personas. A mí, el gobernador pasado me mandó cinco rollos de alambre para mis reses. Me aprecia la gente, mucha gente me conoce y conozco a muchísima gente, conozco a mucha gente, muchacho. Eso me ha abierto muchas puertas. Yo le doy gracias a Dios y no he robado ni cinco centavos. Así es, así que la vida es así, hermano. El alux entonces, el alux, chavo. Hay veces en las que puede espantar a alguien. Hace mucho… bueno, hasta que nos dijo el difunto de mi papá: “No tengan miedo, es la milpa lo que cuida”. Andábamos en el monte y ¡paas! ¡puum! El alux les tiraba piedras a los pájaros. Sí, te asusta, pero le ofrendas la bebida sagrada y así se calma. Se calma, pero hay lugares donde a uno sí lo espantan.

César: ¿Aquí?

Mario: Aquí hay donde sí espantan. Es que hay veces también que algunas personas se sobrepasan. Hay cazadores aquí, personas mayores… bueno, hay uno que con sólo que empieces a decirle, se pone a llorar. Yo pienso que quizás lo azotaron [6]. Quién sabe qué le hicieron. Porque a los señores que abusan de la cacería los espantan. Esa persona hasta ahora no ha vuelto a salir a la selva, dejó de cazar.

César: Dejó la cacería. ¿Salía mucho?

Mario: Es que cazaba todos los días, todos los días, hasta le decíamos “muchacho, no hagas eso.” Ahí dormía en el monte. ¿Y por qué hacía eso? Pues andaba solito, pero a los dueños de la selva eso les daba mucho trabajo. Ellos te cuidan, en esa situación les daba más trabajo estar ciudando a una sola persona. Porque los dueños de la selva, sí existen.

César: ¿Existen los dueños de la selva?

Mario: Sí existen los dueños de la selva. ¿Cómo no van a existir? Por ejemplo, los venados tienen dueño. Hay venados que uno caza que están marcados. ¿Cómo los marcaron?

César: Pero, ¿cómo es la marca?

Mario: Están marcados, hay algunos que tienen las orejas cortadas, hay algunos que en la pata tienen otro color. Una de sus patas es de color blanco, si no, en el cuello tienen una raya. Los animales de la selva tienen dueño. ¿Cómo no? Sí existe todo eso.

César: ¿Y alguna historia que le haya platicado su papá?

Mario: Ahí en mi milpa, muchacho, ahí en la mecanizada mataron muchas culebras, sí señor. Pero sí había muchas culebras, nomás andando se veían las cascabeles enroscadas. ¡Mare! Un día un señor, que ya falleció, su terreno lo tenía al lado del mío, mató ocho culebras, nomás en que andaba cosechando un poco de elote. Le dio miedo y hasta lo abandonó, no siguió cosechando. Muchacho, yo ofrendé la bebida y ándale, así le hice. Pues qué más, si ahí había alguna cosa fea, Dios nos dio el poder para no encontrarnos con nada. Metí gente para la cosecha. Se veía donde habían pasado las culebras pero yo no vi ninguna culebra ahí, muchacho. Por eso te digo que sí existen los dueños de la selva muchacho.

César: Entonces, ¿por qué había muchas culebras ahí?

Mario: Puras culebras, cosas que había antes en la mecanizada, muchacho. Lo que exterminó a las culebras fue el cambio de agua, quizá se murieron todas ahí. Pero, puta, sí que había culebras en ese lugar, muchacho ¡Puta madre! Te decía que escuchaba que mataban culebras y no me importaba. Yo ahí andaba en medio de mi milpa y no vi ninguna culebra, pero ofrendaba la bebida sagrada en toda mi milpa. Le pedía a Dios que no viera nada, nada. Yo llevo desde hace mucho trabajando la milpa, y ni una vez he visto una culebra en mi milpa.

César: ¿Queda muy lejos su milpa de aquí?

Mario: Aquí, camino a Dzibalchen, está mi milpa, aquí cerca, como a unos cuatro kilómetros de aquí, está a la orilla de la carretera. Tengo también una tanda más por allá donde tengo mis reses.

César: ¿Cuánto hace de milpa?

Mario: Ahora tengo, quizá, a ver, cinco, tengo seis aquí. Como unas ocho hectáreas. Así que así es la vida, hermano. Aah, Chunchintok está pobre, pero por pendejo, porque así lo quisieron. ¿Cuántos tractores había? No estaban las cosas para que quedara el pueblo así.

César: ¿Había tractores de antes?

Mario: Dieciocho yondires, y quince pequeños mosquitos para sembrar, y cinco D4. Había cinco

César: ¿Y dónde quedaron?

Mario: Te estaba diciendo lo que pasó. Trabajaron el arroz, prepararon mil hectáreas, estaba todo limpio el terreno sólo que no lo sembraron. Ellos querían que les dieran dinero para hacerlo. Pero el banco, cuando te da el dinero, señor, te lo daba de una vez. O sea, no de una vez, cada administración te daba algo pero de ahí sale para el flete, de ahí sale para la semilla, de ahí sale para todo. Para abanderar el avión, para sembrar el arroz. A nosotros nos lo explicaron todo, nos dieron un curso. Pues hermano, nosotros sabíamos cómo manejarlo todo. Pero estaban en la grilla y no sembraron el arroz.

César: No lo sembraron.

Mario: No lo sembraron. Ese año se dio, sí se cosechó. Yo se los compré también, camionetas de arroz. Yo lo llevaba, por eso te digo que he pasado por muchas cosas, trabajé mucho. Así fueron las cosas, hermano. Bueno, hermano, muchas gracias, ya con eso terminamos de platicar.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

1. Probablemente aquí se le dice “montaña” a los pequeños cerros que ocasionalmente se encuentran en algunos lugares de la península de Yucatán. Igual para el resto de esta narración, pues en la comunidad de Chunchintok sí hay algunos cerros alrededor. (Nota del traductor)

2. El mecate es una unidad de medida que se utiliza en la península de Yucatán. Corresponde a un cuadrado de 20 metros por lado, es decir, equivalente a 400m2. De manera que 25 mecates equivalen a una hectárea, y los quinientos mecates mencionados en el texto, a veinte hectáreas. (Nota del traductor)

3. Probablemente se refiere al combate entre el boxeador mexicano Jesús “José” Becerra, cuando se convirtió en el primer mexicano en ganar el Campeonato Mundial de Peso Gallo al vencer a su oponente Alphonse Halimi [Elí Mí] por nocaut (KO) en el octavo round el 8 de julio de 1959. Para más información visitar el enlace http://www.cyberboxingzone.com/boxing/becerra.htm, así como este video: https://youtu.be/-RvKXXBGT9A?si=xe_G57MeWD9nR8CU(Nota de Damiana Leyva Loría)

4. Tapires. (Nota del traductor)

5. Probablemente quiere decir ‘garrote’ o ‘tolete’. (Nota del traductor)

6. Presumiblemente fueron los amos de la selva (los dueños del monte) quienes lo azotaron. (Nota del traductor)

🔄🔄🔄🔄🔄

Versión maya

U tsikbalil Chunchintok

César: Táanile', ¿bix a k'aaba' túun, nojoch máak?

Mario: Mario Chan González.

César: ¿Mario?

Mario: Chan González.

César: Teeche', ¿wey siijileche'?

Mario: Wey siijilene'.

César: ¿Jayp'éel años yaan...?

Mario: Sesenta y seis, nací el diecinueve de enero del cuarenta y cuatro.

César: Teche', ¿weyileche', nojoch máak?

Mario: Weyilene', weyilene'.

César: ¿Bija'anech kajtal uláak' kaaj, wabixij?

Mario: Ma'aj, ya'ab máanja'anilen meyaje', sí.

César: Ya'ab máanikech.

Mario: Ya'ab máanja'anilen meyaj. Chéen Yucatane', tin máansaj míin tres años tin máansaj

Yucatán.

César: Tres años.

Mario: Le tu káajal ka'ach Cancún.

César: ¿Bija'anechi'?

Mario: Puro ti' kin viajar ka'achi'.

César: Pero ma' p'áatech kajtali'.

Mario: Ma', ma', ma'. Si Cancune', era monte, no era Cancún. Tu'ux yaan le gasolinerao', tu'ux yaan le copao', puro nukuch k'áaxo'ob, nukuch montaña. Montaña le ba'al je'elo'.

César: Montaña ka'achij.

Mario: Montaña.

César: ¿A wilmaj túun?

Mario: In wilmaj hombre, puro saraguato, ba'al yaani'. Tene', tu ts'a'abal teen junxéet' terreno, ma' p'áateni'. Montaña tu jaajil, máax kun a'alike' wa Cancún va ser una ciudad. Ajan, ma', nadie lo pensó. Tumen wa ma'e', tak tene', ts'in ch'i'ik, ku ts'a'abal teen jump'éel teereno, de jump'éel hectáreae'. ¡Buka'aj u tojol le ba'al je'elo'! Pero nunca, nunca supo uno si va a suceder.

César: ¿Yaan túun a tsikbaltik to'on yo'olal le kaaja', nojoch máak?

Mario: Yaan.

César: Chúunchintok'o'.

Mario: Yaan.

César: ¿Je' túun u ka' páajtal a káajsik a tsikbaltik ti' to'on?

Mario: Entonces, le tu época to'one', le jach yaan, maas úuch antes u yaantal le arrozo', chicle. Chéen le ku meyajta'alo', puro chicle.

César: Le weya'.

Mario: Le weye'. Desde uti'al diciembre ta na'akale', jáalale, ta máan diciembree', diciembre tu yéemel le genteo'. U ts'o'okole', uti'al a na'akal tak mayo, mayo túun ka ja', ja', ja', ja'. Beoritase', le épocaak tuláakal le genteo', tia'an montañae'. Puro chicle.

César: ¿Tu'ux túun ku pa'ak'al?

Mario: Te' bandaa', pero ma' paak'ali', puro chiclear.

César: Aaj, yaanili'e'.

Mario: Yaanili' le matao'. Ba'axe', yaan a chicleartike', ka jóok'ok u resinail te' che'o'. Jaaj, puro le beyo', ku ts'o'okole', ku cha'akale', ku enmarquetarta'al u mejen marquetailo'ob a diez kilos. Ujum.

César: ¿Ba'ax añoil lelo', nojoch máak, k'aja'an teech?

Mario: Mil novecientos ochenta. Puro chicle, puro chicle. Tene', bueno, leti' le ka káaj in wiliko'. Pero maas anteso', léeyli' puro chiclee', mina'an maas mixba'al. Ba'ax ku tséenta'al weye', puro k'éek'en. Yaan le wakaxo', yaan, ba'axe', ma' ya'ab xani'. Pero le k'éek'eno', kaax, qué ba'al. Jump'éel nuxib k'éek'en de ciento veinte kilose', ochenta pesos, jump'éel cargail ixi'ime', cuatro pesos, sí.

César: ¿Tu'ux ku ch'a'abal túun ixi'im?

Mario: Pues, te' tiendao' je'elo', le yaan tolo'. Pero ku ts'a'abal teech, pero mina'an maan ka bin a beetej. K'exbil, puro k'exbil, mercancía, nook'.

César: ¿Aaj, ma' de maani'?

Mario: Ma' de maan bey de taak'ino', puro k'exbil. Si mina'an taak'in casi. Tene', le oroo', ma' tin wilaji', pero yaan le oro bin ku ya'aliko'ob animáas in papajilo'. Puro leti' le cinco centavos, diez centavos, aja. Tene', ma' tin wilaji' le real xan ku ya'aliko'obo'.

César: ¿Le realo', ba'ax túuni'?

Mario: Láayli' taak'ine', ka'ap'éel real, jumpéel real, óoxp'éel real.

César: ¿De oro, ma'?

Mario: Ma'a, de puro sencillo ku ya'aliko'ob, pero despuese', le ka jtaal lelo'. Despuese', puro oro, puro oro.

César: ¿Ba'ax u k'áat u ya'al le kaaja', nojoch máak?

Mario: Chuunchintok'. Chíin, son sus huevos de uno. Aja, chíin, tronco es la mata de un chin, mata chintok', chuun, chíin, took'. Took'e', leti' le tuunicho'ob pedernalo', aja, leti' le u k'áat u ya'alo'. Troncos, talegas, pedernal, leti' u k'áat ya'al le wey, le kaaj weya'.

César: ¿Le kaaja'?

Mario: Jaaj, leti' u k'aaba'o'. Bueno, u k'aaba' u ba'alil lelo' tumen, bix in wa'alik, chuun, leti' le tronco del mata chíintok'. Aja, chuun, chíin, es el sus talegas de uno, baj, aja. Took', es el piedra.

César: Ka wa'alik teen sáamake', yaan tsikbalilo'ob a wojel yo'olal aluxo'ob wey xane'.

Mario: Aan, wa ma' k ojel. De entonces ka jts'o'ok bey uti'al le chiicleo', despuese', ka túun yaanjij gobernador. Tumen to'one', jach yáax presidente de la república bija'ano'on ilae', López Mateos. Es el primero.

César: ¿Bija'anech?

Mario: Jaaj, bija'ano'on. Nos dieron a cinco pesos para ir. Uti'al ka xi'iko'on ila'o'. Primer presidente de la República que pisó Campeche. Le yáax presidente de la Republicao'. Kaampech, ka jbino'on oorajiako', ¡puta madre! Buka'aj gente vinieron, mano, camionada de gente. Le weya', chéen puro, chéen chan vereda, chéen puro, bueno, u beel camion, pero puro bruto bej. Mina'an pavimento, no hay nada, aja. Utia'al a bine', ku jíitikubaj le camiono'ob tak ich luuk'o'. Chéen mejen bejo'ob tu'ux ku máan camion. Le mejen camiono'obo', leti' le cuarenta y dos, cuarenta y cuatro'ob añoso'ob. ¡Pero fueron camiones! Fueron camiones. Kin wa'alik teech, hasta ku yok'ol le maquina'ob tu na'aksik le cerro'obo'. Ki'ichkelem le mejen camiono'ob, puro Ford, puro camion Ford, pero de los antiguos. Pues sí, ti' Baline', p'aatal jump'éel Ford te'ela'.

César: ¿Máax ti'?

Mario: Ti' Balin. Aan, jump'éel camión, bey in wóol cuarenta y cuatroe'. Úuchben ba'alo'ob, puras máquinas buenas. Juuj, bejla'e', mina'an u piezail le ba'alo'. Eran latas de primera calidad, ¡olvídate! Ma' túun ka a abollar, ka a yach', ka chocart ti' che' waba'axo'. Bey fierro le ba'alo'. Jo'op túun lelo', ka jtaal López Mateos. López Mateose', ka jtaal, bey in wóol martes, jueves. Ma' k'aja'an teen máax presidente, máax gobernadoril te', bey in wóol Luis Cortíneze', uti'al Kaampech. Despuese', maas tarde túune', te' úuch túun u taal, ¿bix u ya'aliko'ob ti'a'? Aaj, Ávila ¿bix u k'aaba' ka'achij? Máan de presidente. Le Gobernadora'… ¡Ortiz Avila! Leti' túun je'ij bejo'ob weya'. Leti', beetij yáax escuela weya', Ávila. Putij, maquina, xi'ipal. Ka tu ya'alaje' de que, puro xan, ka tu beet le carreterao', jáalale, mano de obra túun. Chéen bey túun gente meento', puro yéetel carretilla. Le épocao', ku ts'a'abal le meksamon, ba'ax ku ya'aliko'obo'. Yaan a tukintik tu chuun le che' beya', kéen wáak'ake', yaan u jáatal ku bisik.

César: ¿Ba'ax ku bisik?

Mario: Le chúuchumil che'obo', ku lúubsa'al beya'. Ts'o'okole', ku láam le meksamon tu chuuno', le káan wáak'ak le ba'alo', ¡ay Dios! Xiixkunmaj u chuun le che'obo'. Puro mano de obra, puro to'on meentmajil le bej tak Ts'íibal Ch'e'eno'. Yáax bej, le bej uti'al Jopelch'e'eno', puro terracería, lelo' chan bej. Lelo' puro terracería. ¡Ay hermano! Cuánto sufríamos, ¡ay hermano! Puchi, duro xi'ipal. Ti' túun beeta'ab le bejo', le te' túun ka káaj u meyajta'al le arrozo'.

César: ¿Arroz?

Mario: Arroz, wey Chunchintok'e'.

César: Jáaw le chicle beyo'.

Mario: Jáaw le chicleo', ka jo'op u meyajta'al túun le koolo' yéetel le arrozo'.

César: ¿Arroz yéetel ba'ax?

Mario: Koolo', kool ku beeta'al beyo', pero ma' ya'ab xani'. Ma' jo'opok u beeta'ali', pero puro mano de obra, le bej tu'ux ku bin le camiono'. Te' ku bin máak tak XK'ankabch'e'ene', ka ch'a'ik uti'al T'imbul uti'al tak te' Yáaláak, ti' ku máan máak, te' yáax bej yaanjij to'on beya'. Despues ti' le je'elo', ka túun ok Ramón Barrera, el licenciado Ramón Barrera, jaaj. Ramón Barrera, leti', jbeet túun le parqueo', jumpuul tu beetil lela', jumpuul tu yoksil luz, jumpuul tak le palacioo', jump'éelili'. Un solo año se hizo todo.

César: ¿Ba'ax añoil?

Mario: Míin mil novecientos setenta ka jbeeta'ab le parqueo'. ¡Pucha! Máquina, xi'ipal. ¿Máax kun a'alik wa ju yaantal Chunchintok' beya'? ¡No hombre! Camiones, trailers de arroz se llevaba, tractoro'obo'. Tene', semanal kin cobrartik cincuenta millones, cuarenta millones de pesos. Tumen tin láaj jo'osil tak tol meyajo'. Káan xi'iken te' bancoo', u costalil taak'ino'ob, kuchbil k bisik. Blum, ku pu'ulul te' bancoo', ujum. Le weya', ¡buka'aj taak'in ku bo'ol! Tak maas ti' cinco millones de pesos semanal, ti' gente weya'. Tumen le je'elo', puro millones ti' época je'elo', ma' bey je'ex bejla'a'. Le cien pesoso'obo', leti' le chowaktako'obo'. Ya que xi'ipal, le ba'al, le vida Chunchintok'a', ma' t tukult u k'astali', baj.

César: ¿K'aschaja'an beya'?

Mario: K'aschaja'an beya', tumen ka'acho', le genteo', ma' ya'abo'oni'. Tak le faginao', jats'uts le calle'oba'. Uti'al k finadose', mina'an mix pavimento, mixba'al ti'. Ba'ax unicoe', limpio'ob. Nuka'aj yaantal finadose', puchij, tuláakal tu limpiartik u jáal u kootil, tu lechartik u kootil. Tuláakal ku beeta'al limpieza. Bejle', ma'. Desde ka j-ok le papaj gobierno, ya otro cambió, ya, se acabó todo eso. Ka jo'op u ya'ala'al tun ts'a'abal jump'éel crédito banco, que ba'alo'ob. Tumen úuch ka'ache', to'one', tene', k'uch in beetik quinientos mecates kool. Tak mil mecates k'uch beetik yéetel in suku'un. Ka t man jump'éel chan xla' camion, pero puro t causa. ¿Máax ti' ka ch'a'ik taak'in? Ti' mixmáak, ujum. Jach k'aja'an teen ka t man jump'éel chan camiono', treinta, treinta mil pesos jump'éel chan camión. Puchij, pero uti'al a manike', le treinta milo', ¡hermano! Ya'ab, ya'ab ba'al, ma' je'ex bejla'a', aja. Tumen bin túumben camiono'obo', jump'éel túumben camione', cien mil. ¿Pero tu'un ken a ch'a' cien mil, uti'al a juntartik? Entonces, pues ka túun taal uti'al le arrozo'. Ya cambió la vida Chunchintok', ka jo'op u meyajta'al. Tene', comisario ejidal le oorajeako'. Bey in wóol mil quinientos millones de pesos tin manejartaje', tuláakale'. Ts'o'okole', ka jo'ok'sa'abene', cien millones de pesos yaan banco ka jóok'en yéetel preparado mil hectareas lu'um. Tin láaj beet u yutskíinsa'al lelo'. Todavía tin p'at le taak'in je'elo'. ¡Ay hermano! Ka jla'am u máak'anto'ob uláak', tu ts'ajo'ob paseli', p'áat limpioil le terrenoo'. Je' ku taal Rosa María de Negroo', uláak' político. Ka jo'op u ya'ala'ale' de que ya'ab taak'in tin woklaj, que la puta madre, ba'ane', tuláakal ba'ax úuchij. Entonces, le genteo' ka jp'u'ujij tumen tene', tu época Salinas ka tin meent in comisarioil. Comisario ejidal, tu época Salinas tin meent in comisario ejidalil. Salinase', t'aanajen yéetel Jóopelch'e'en, t'aanajen yéetel Ts'íibal Ch'e'en, Úuk'um. Es maas, tu ordenartaj teen ka ts'a'abak jump'éel camión de pasaje teen, uti'al in ts'aik servicio.

César: ¿Ka ts'abak ba'ax?

Mario: Jump'éel camión de pasaje. Ka páatak u yaantal servicio, tumen mina'an servicio camión te'ela', pasaje. Jak'a'an u yóol le genteo', ka tu yu'ub in k'usik le camiono'. Tak Jóopelche'en, mixmáak ti' ku ts'a'abal. Costó treinta y ocho millones de pesos, papaj, mix diez centavos tin ts'aji'. Ka jo'op meyajtik ka jo'op… ¡puta! Leti' le tu yilaj túun le genteo', ka tu ya'alajo'obe', tin wokoltaj taak'in. ¿Pero tu'ux ken in wokoltej? Si le je'elo', leti' le Salinas túuxt teno', pero t bo'otaj. ¿Ta na'ataj? To'one', jump'éel grupo cuarenta y cinco gente'on, ma' k k'áat ka ko'onok le maquinariao'. Porque ya vimos, yaan meyaj, yaan taak'in ti' gente. Pero ka j-ok uláak' politico'obe', ka yaanjij u láaj deshacer le ba'alo'. To'one', k'a'alo'on weye', siete días k'ala'ano'on te'ela'. ¡Puta! Ma' táan k jo'osa'al, kin wa'alik ti'obe': «Pues, jo'osene'exi', ka páatak u investigarta'al y yaan autoridado'ob, para que nos juzguen, wa jaaj k ch'a'amaj le taak'ino', también que nos castiguen. Yo'olal beyo', ma' k suut tontoil, mu sa'atal k óol k ch'a' jump'éel ba'al ma' k tia'ali'». ¡Mare xi'ipal! Pues beeta'ab, a'ala'ab beeta'ab teen le auditoriao'. ¡Puta madre! Tene', min wilmaj, si tene', chéen chan primaria in xookmaj. Pero le úuch ka'acho', chavo, ku ye'esa'al tak le raíz cuadradao', tuláakal u peel u tso' ba'alo'ob a wojéelto'.

César: ¿Ti' primaria beyo'?

Mario: Aaj, jaaj tuláakal, pues ti' cuentao', peel u tso', ma' túun wa'atako'on. K ojel, t kanaj, tumen le úuch ka'acho', wa ma' ta kanike', ka k'a'alaj te' escuelao'. Wa tres días ta kane', tres días káan jáalk'abta'akech.

César: ¿Máax k'alikech túun?

Mario: Leti' le maestro'obo'. Sí, había orden. Wa chan yaan chan lu'um ta wíich'ak beya', yaan u láaj xo'otol a wíich'ak, yaan u p'o'obol a k'ab, yaan tuláakal. Wa yaan a wuuk'e', yaan a t'oorochta'al yaan, ya que aquí había orden. Kex ropa remendada, pero que esté limpio. Bey bin, bey bin le epoca je'elo', le escuelao', chéen chan lamina. Pero sí nos enseñaban y wa ma' t kanike', kéen taak k maama yéetel k taatatsile', ¡limpia papá! Y ts'o'okole', tia'an le maestro'obo'. Le kéen luk'uko'obe', wa ma' ta kane', ka xolkíinta'al, kex diez minutose', a láat'maj ka'ap'éel tuunich. Sí, está duro por eso aprendimos. Wa ma' cadae', ba'ax ku ts'a'abal teech uti'al a jo'osik a cuentae', u lóoch' bu'ul, u lóoch' ixi'im, uti'al a beetik a cuentae', yaan a beetik. Yaan a jóok'ol yéetel. Wa ma' ta jóok'ole', wa tres díase', tres díase', tia'anechi'. Había ley. Ma' je'ex bejla', ku poch'ech jump'éel paala'. Káan u ya'al walkila', mixmáak ku máan. To'one', chúunk'in táan k okol, ma' túun beora ka cha'abak a máana', papaj. Animás in suku'unile', in papaj bin arreglartik, ka a'ala'ab ti'e', le xch'úupale', ts'o'ok u arreglartik ka xi'ik u yila'ej.

César: ¿Ma' tu páajtal u bin u yil leti'?

Mario: Ma' tu páajtal u bin, mina'an, ma' tu cha'abal.

César: ¿Bix túun ka'ach u yúuchul? ¿Bix u beeta'al ka'ach le…?

Mario: Pues ku bin le nojoch máako'obo'. Leti' ku yokoli', láayli' ku bin ilik, ku t'aan yéetel u yuum, u taata le xch'úupalo'. Wa tu éejent le xch'úupal, «Ma'alob» kie. Pues ku túuxta'al le joven iliko'.

César: Aja, ¿leti'obe', mu t'anmuba'ob mix juntéeni'?

Mario: Aaj, ma' u k'ajóol hastai'. Káan k'uchuke', ku k'áatik buenas días wáaj buenas tardes, ka jk'uche', jáala.

—Teech wáaj, teech wáaj lelo', joven.

—Teen.

—Ajan, ma'alob, cómo ma', k arreglarmaj, máanen a wilej. Wa le xch'úupal uts ta wicho', t'aanen yéetel, tsikbalnene'ex libre. 

Jump'éel chan cuarto yaano'ob.

—Máanene'ex, tsikbalne'ex, wa tumen ku béeytale', pues de una vez.

César: Jumpuli'.

Mario: Jumpuli', yaan a ts'aik u mu'ujulil, yaan a ts'aik.

César: ¿Yaan u ts'a ba'axi'?

Mario: Mu'ujulil.

César: ¿Mu'uj?

Mario: Mu'ujulil.

César: ¿Ba'ax túun le je'elo'?

Mario: Yaan u ts'a'abal u xanab, yaan u ts'a'abal u nook' le maamatsilo'. Tuláakal, completo. Y ts'o'okole', yaan u bisa'al u muut iik, yaan u bisa'al u yixi'imal, u muut ixi'im.

César: ¿Máax bisik le je'elo'?

Mario: Leti' le máax ku k'áatankilo'. U tragoile', jump'éel botella trago. Lelo' u época úuch ka'ach beyo', Jool Káatsin, el mejor trago que había.

César: ¿Bix u k'aaba'?

Mario: Jool Káatsin. Yéetel jump'éel botella vino jerez, lelo' yaan a bisik uti'al le k'áatantsilo'. Yéetel tres kilos chukwa', yéetel u waajil yaan a bisik xan, waajil harina. Yaan a kaxtik xan máax k'ubik.

César: Aaj, ma' teech kan k'ub.

Mario: Ma', mix le taatatsilo', yaanal máax ku k'ubik. Kan ts'o'ok tuláakale'…

César: ¿Máax túun ken a kaxtej?

Mario: Je' máaxake', a amigo wáaj familiare'.

César: ¿K'abéet nojoch máak wáaj…?

Mario: Nojoch máak, uti'al u beeto'ob u t'aanil tuláakal uti'al u k'u'ubul.

César: Mare, chan ya'ab ba'al ku bisa'al.

Mario: Ya'ab, ma' creertik wa chéen ch'a'bil.

César: ¿Jaymáal túun le k'áato'?

Mario: Chéen u páak. Le kan asegurarnake', ts'oka'an, le ts'o'okol beelo'. ¡Púuchij! Lelo' puro waaj, puro refresco. Le épocao', mina'an, mix, ¿bix u ya'ala'al ti'? Mix refresco, máatik mina'an weye', mina'an refresco, chéen le chukwa'o'. Le trago chéen bey u yu'uk'ulo'.

César: ¿Chéen beyo'?

Mario: Chéen. Wáaj yéetel limachina, wáaj toronja, waba'ax, pero mina'an. Ma' k'ajóola'an ba'ax refrescoi', mina'an refresco. Contras, si mix radio yaan.

César: Aaj, mix radio yaan.

Mario: Mina'an radio. Bey in wóol, mil novecientos setenta, míin, bix ka k'uch yáax radio weye', de caja de che', u ba'alil beya'. Le tu época tu loox Becerra yéetel Elí Mí [1]. ¡Puta madre! K'al áak'ab wey yaano'on.

César: ¿Becerra yéetel máax?

Mario: Elí Mí, u k'aaba' le bokseadoro'obo'.

César: Aaj, boks.

Mario: Jaaj, boks.

César: Te'exe', ti' radio ka wu'uyike'ex.

Mario: Te' radio k u'uyiko', pero te' yáax radioo'. Míin leti' le yáax peleadoro'obo'. Púuchij, máquina, xi'ipal, era una fiesta esa cosa, ¡puta! Si mixmáak u yu'umaj u paax. Chéen kin wa'al teche', yáax avión wey k'uche', ¡mare xi'ipal! Áalkab k beetik, ma' k k'ajóol ba'axi'.

César: ¿Ba'axi'?

Mario: Avión.

César: ¿Ts'u k'uchul jump'éel avión weye'?

Mario: Weye', ku líik'il avión ka'achij, aja. Ti' ku taal, ti' ku bisa'al k'oja'ani', ti' ku taasa'al jun chan p'íit mercancía xani'.

César: ¿Tu'ux túun ku bisa'al bey le k'oja'ano'?

Mario: Te' Ts'íibal Ch'e'eno', yaan doctori'. Wa ma'e', Jóopelch'e'en.

César: Mina'an le beejo', le o'olal.

Mario: Mina'an, mina'an, aja.

César: ¿Máax tia'altik túun le aviono'?

Mario: Uti'al jump'éel tal animáas Kike.

César: ¿Weyile'?

Mario: Yucateco.

César: Aaj, yucateco.

Mario: Yucateco. Yo'ol u valienteil xan angelitoe', jkíimij. Bueno, tu fallo u camione', binij, kex tu fallar le motoro' binij. Ma' k'uch Ts'íibal Ch'e'en ka jkíimi'. Míin voltear, walchaj u bin. To'one', jump'éel empaque costal t chok'aj te' tu llantae', ma'alob le aviono', bey líik'ik u taal, bey biniko'. Ti' yáax avion k'uch weyo'.

César: ¿Ba'ax túun ku beetik le kaaj, ka tu yil u k'uchul jump'éel aviono'?

Mario: ¡Puta maa! Ku yaantal trabajo, ma' k k'ajóoli'.

César: ¿Sajake'ex ti'?

Mario: Sajako'on ti'. Ka a'ala'abe' de que yaan u taal le avioneta. Bueno, si yáax tak to tu'ux ka'ach ka je'ebil beja'. Míin maas ti' dos leguas u bin u k'uchul, táan u bin gente ilik. Ma' k'ajóola'an le tractoro'obo', tu taal u je'ebel le beja'. Pero weye', ba'ax jach táaj ya'ab ba'ax jo'osa'abe', che', madera. Ti' u taak'inil xan le wey ka'acho', che'. Pues xi'ipal, ya'ab u historia le Chúunchintook'a'. Hermano, tene', ka tin beet in comisarioil, chéen tumen ma' tin beet u libroili' tumen wa ma'e', jump'éel testamento nojoch, ya'abach ba'al. Pues, entonces, to'one', yaan to'on le idea tak bejla'o', tumen animáas papajile', u ya'almaj to'one', de que yaan le nukuch máako'obo'. Yaan le aluxo'. Yaan a jo'osik u chan uk'ulil.

César: ¿Tak bejla', ku yúuchule'?

Mario: Tene', tak bejla'e', yuul tin ts'aik u yuk'ulil in kool, pero yaan máax ma' tu beetik. Se

acabó todo de eso. Uti'al ka'ach úuche' ma'.

César: Teche', xuulul ka beetik beyo'.

Mario: Tene', láayli' si kin beetik.

César: ¿Pero bix u tsolik teech a papá?

Mario: Pues, desde cuando ka wilik tu jaanta'al a koole', es que u yuk'ulil k'abéet, tumen xnook'ol. Wa ta wilik tu sen jaanta'al tumen ba'alche'o', ka ts'aik u yuk'ule', ku chan ch'éemel, ujum. Teche', káan a k'ubil le koolo'. «Je' kin k'ubika', tumen in koola', kanante'ex teen in kool, ma' jach cha'ike'ex u jaanta'al tuláakal». Bueno, te' ich kool beyo'.

César: ¿Máax ti' ken a k'áat beyo'?

Mario: Ti' aluxo'obo', ti' ki'ichkelem yuum, ti' jajal Dios, tuláakal. Ka ts'a'abak u poderil ti'ob xan ka u kaláantiko'ob k lugar. Tuláakal le je'elo'obo', xi'ipal, pues beyo'. Hermano, pero bejla'e', tu'ubij.

César: Tu'ubij.

Mario: Tu'ubij. Takináaj le santo iglesiao', ma' úuch ku sen taal. Bueno ku yaantal algo gentei'. Tumen ka'ache', tu'ubij. Tak u yaantal teech sarampión wáaj nukuch k'oja'an, ku ya'aliko'ob ku jóok'ol techo'. Yaan u jo'osa'al u yuk'ulil. Ti' xpe'et ku ts'a'abal te' mejen ba'alil, aak'o'ob beya'. Ku ch'uykíinta'al.

César: ¿Tu'ux kun jo'osbil, te' najo'?

Mario: Tu jool, joolil le najo'.

César: Aaj, jool le naj.

Mario: Jool le najo', uti'al u ts'ooke', yaan u kíinsa'al u kaaxil. Uti'al ts'áabil, uti'al u k'u'ubul ti' nukuch máako'obo'. Ku tse'ektiko'ob, ¿ba'an maas? Ts'o'ok u yúuch le santo tse'eko', ¿bix túun? Pues k'áat óolt ti' ki'ichkelem yuum ku salvarto'.

César: ¿Máax beetik túun le ts'e'ek, le santo tse'eko'?

Mario: Pues, le tse'eko', ki'ichkelem yuum túuxtik, ¿ba'ax túun maas? Bey je'ex le k'oja'anilo'. Dios castigartiko'on, leti' ts'aik. Mina'an, wa ma' ki'ichkelem yuum túuxtik to'on tuláakal. K'oja'anil, tuláakal ba'al. Y a wa'al teen wa je'ex le káaltalo', ma' bin a creert wa ma'alob. Ya'abach k'oja'anil ku taasik. Yaan k'iine', mix ta janal, mixba'ale', pues allá vienen las enfermedades. Tene', in wa'alike', míin le úuch ka'acho', míin yaan tak le cancero'. Chéen ba'axe', como ma' u yojel máake', ma', chéen kíim tal fulano. Ka kíim gente weye', xi'ipal, sáansamal ka'atúul, sáansamal ka'atúul, sáansamal ka'atúul.

César: ¿Úuch lelo'?

Mario: Úuchij. Juu, ts'u yúuchtal. Ka'aka'atúulil u kíimil mejen paalal, tak nukuch máako'ob.

César: ¿Ba'ax túun kíinso'ob?

Mario: Puro k'oja'anil.

César: ¿Ma' ojéela'ani'?

Mario: ¡Ba'an kun ojéeltbil! A wojel cuando yaan k'oja'anil beyo', puro ts'aak de xíiwul. Uti'al wach'k'ale', leti' le malva, xkots'nej ma'axo', ku cha'akale', ku ts'a'abal u lavadoil ti' máak.

César: ¿Ba'ax xíiwulil?

Mario: Xkots'nej ma'ax, xmalva, que ba'alo'ob beyo'. Le injebloo', uti'al u juubul a nak', te' jkáakabo'obo' yaani'. Ti' ku ch'a'abal uti'al bey wa juubul a nak'o'. Ku póoka'al le je', bey te' tu chuumil le ta'an le k'óoben beya', chokoj, chokojil u ts'a'abal, xa'ak'ta'ale', ku táakch'inta'al ta nak'.

César: ¿Ku ts'a'abal ba'ax?

Mario: Xa'ak', ku táakch'inta'al ta nak'. To'one', yaan k'iin kan ajako'one', k lamik ti'. Aja, ¡mare! Pero ku máan xi'ipal.

César: Ku máan.

Mario: Ku máan, ku pa'abal le je', bey te' chuun le xta'an beya', ti' ku tajli'. Kan jo'osa'ak bey chokoj, chokojo', ku k'a'axal ta nak'. Ya'ab, ya'ab u clases u formail u kuxtal máak. Úuch ka'ache', mina'an agua potable, mina'an mixba'al, puro ja'il ch'e'en, puro ja'il áak'al. Le ch'e'eno'obo', ¿ma' ta wilik le ch'e'eno'ob yaan te' k'íiwiko'?

César: Jaaj, tin wilik.

Mario: Je'elo', leti' úuchben ch'e'eno'. Te' ch'e'eno'ob beyo', k'ucha'an yuk'ul ja' cien cabezas wakaxi', maas le gente yaan weya'.

César: ¿Jayp'éel le ch'e'ena'?

Mario: Míin óoxp'éeli' yaan te'ela'. Ku kuchik, ma' tu sa'ap'al. P'áat t'oxbil u beeta'al ja'e', sí. Pero mina'an mixba'al. Mina'an luz, mina'an mixba'al, chéen chan kib, puro gas, te' mejen quinqué ku taal beya', te' ka t'ojik le gaso'. Ku ts'a'abal le mechao', ti' ku máan áak'ab techi'. Ya que bey le vidao', xi'ipal. Ka túun jo'op u taal le radio, ka jo'op u taal le vitrola de juch'bil. Yaan a ts'aik cuerda ti' beya', uti'al u paxik le discoo'. Ti' le yáax yáax ba'alo'ob k'ucho'obo'.

César: ¿Vitrola u k'aaba'?

Mario: Vitrola. Ku ts'a'abal le discoo', ku ka'anal le je'elo', ku ka'anal lelo', ku yokol uláak'i'. ¿A wojel ba'ax túun ku ts'a'abal uti'alil u sáasilta'al? Puro xk'an chaan, tajche'. Ku ch'a'akal le si' beya', ku la'amal k'áak'e', k'al píik'sáas u p'áatal beya'. Ti' ku yúuchul le óok'oto', ti' ku yúuchul le óok'oto'.

César: ¿Bix u k'aaba', ka wa'alik teen?

Mario: Xtajche', tajche'. Ku ch'a'akal le xk'anchaan bey u bu'ujula'. ¡Puta! Ku pa'ak'ale', píik'sáas u p'áatal. Ya que hermano, ya'abach, bueno, maas había vida, había comida, pavo, venado. Je'el ba'ax a k'áat a jaante', le xkaaxo'obo', chéen ti' ku tóop'ol yáanal ch'e'obo', náab ku beetik, baach, kuuts. Je'el ba'axak a k'áat a jaante', yaan, ma' mina'ani'. Chéen a jóok'ol te' jo' kaajo', tak le chakmo'olo', te' ku náakal te' Santanao', yaan. 

César: ¿Tu'ux ku náakal?

Mario: Tak te' tu'ux yaan le cementerio, ti' ku náakali'. Ti' u kíinsmaj wakax jump'éel téeni', ti' ts'o'oni'. Pues mina'an sajkil.

César: Bejla'e', ¿mina'an le chakmo'olo'?

Mario: Yaan, láayli' yaane'. Ma' úuch, ku ts'o'onol juntúuli', pero ma' je'ex ka'acho'. Máatik maas montaña le ba'al wey ka'ach úucha', ma' kola'ani', nukuch k'áaxo'ob. Si to'one', yaan to'on montaña, chéen tumen… wa yáaxk'iine', jin bisikech te'ela', puro nukuch cedro'ob yaani'. Láayli' u conservarmaj, selva. Yaan ka'ap'éel nukuch rio'ob te'ela', puro áak'alo'ob ma'alob. To'one', yaan to'on nukuch k'áax, ma' leti' le bey je'ex lela'. Yaan nukuch montaña to'on te'ela', míin veinte mil hectáreas p'aatal te'ela'. Jach selva yaani', yaan le chakmo'olo', yaan dantoi', yaan, yaan le kéejo'obo', yaan tuuchai', yaan, yaan sarawatoi', yaan, tuláakal yaani'. Jaaj.

César: ¿Bix túun u beeta'ale le kool ka'acho'?

Mario: Puro yéetel báat. Puro yéetel báat, puro yéetel báat, yéetel máaskab, lóo'che'. No hay fumigación, puro páak.

César: Puro páak.

Mario: Puro páak. Ya que bey le vidao', no hombre. Tene', ts'o'ok in nojochtal, míin bey je'ex le paalalo'ob, ku báaxalo'ob te'elo', ipíil yaan teen yéetel xanab k'éewel.

César: ¿Ipíil?

Mario: Ipíil.

César: ¿Buka'aj años yaan teech bey ka'acho'?

Mario: Míin kex ocho años yaan tene', ipíil yaan teen.

César: ¿Yéetel xanab k'éewel?

Mario: Yéetel xanab k'éewel, ma' ojéela'an ba'ax pantaloni'. Sí, puta, ya'ab máax a'alike', tráabajo pero míin maas ma'alob porque había respeto, había todo, hermano. Ma' beora ka jáan beet waba'axa'. Wa ka wookole', ¡aay! Yaan a to'opol, aaj, yaan a to'opol, wa jump'éel ba'ax delitoil ta beetaje', diez, quince cargas sajkab ken a jo'osej. Kuchbil, ma' bin a ket wáaj yéetel carretilla waba'al, kuchbil ken a jo'osik. Yaan a jo'osik cien tuuniche', kuchbil.

César: ¿Máax túun ts'ik teech a beetej?

Mario: Leti' le autoridado'.

César: Pero le autoridado', ¿je'ex bejla'a'? ¿Comisario?

Mario: Comisario.

César: Wáaj de…

Mario: Ma', comisario. Ma', comisario yaanil. Yaan policía.

César: ¿Yaan policía wey ka'ache'?

Mario: Pero mismo gente'ob, yaan u ts'a'abal a chan tortol.

César: ¿Aaj, ba'ax le beyo'?

Mario: Jump'éel chan xéet' che', ujum. Wa ma' ta páajtal kex tumen óoxtúul ku ts'a'abalo'. Wa ma' tu páajtale', chéen ku ya'alik «¡Auxilio!», kie. Puta, ku múuch'ul gente machik, máax ku beetik relajo. Leten kin wa'alik teche', había más justicia. Había coordinación ti' genteo', ma' je'ex bejla'a', xa'ak'paj gente. Beorae', jump'éel paale', beora ts'u láanpoch'ikeche', aja. Tin wa'alik teche', le estudio ka'ach úucho', beyo'. Le maestroo' tu máan yéetel u regla, tu yilik wa ta t'aan waba'axe', ¡taan! Ken u top a nalgas yéetel u regla, wa ma'e', ta pachkab ku xíikjats'tik teech. Sí había leyes, es otra cosa, mare, xi'ipal.

César: ¿Ku t'aniko'ob maaya túun xan le maestro'ob ka'acho'?

Mario: Ma', ku t'aniko'ob maaya maas. Pero si le ba'alo', maestroo', míin mix tercero u xokmaj, maestro. No había maestros, ujum, había pero u yojelo'ob xan.

César: U yojelo'ob.

Mario: U yojelo'ob, ma' je'ex bejla'a'. Bejla'e', yaan tak terceroe', ka t'anike', ma' u yojel ba'ax k'iin ka yaanjij jump'éel Presidente de la Republica, que ba'alo'ob bey ma' u yojelo'obi', ujum. Es que ma', había estudio y le libro'ob ku taalo'obo', leti' le gratuito'obo', ma'alob libro'ob, láaj pintado tuláakal. Ti' ku láaj tsolik ba'axo'obi', ma' je'ex bejla'a'. Si to'one', ma' t ketmi', ma' in wojel ts'íib bey de molde beyo', puro minúscula. Tene', ma' in wojel ts'íib beyo'.

César: ¿Puro minúsculas?

Mario: Puro minúscula. Ka tin beet jump'éel solicitud, uti'al le camión ti' le Salinaso', puro minúscula, bey tin preparartilo'.

César: ¿Manuscrito wáaj?

Mario: Manuscrito, ba'ax máquina, chek'a'an peelil, bey tin ts'íibtil ti'o'. ¡Mare xi'ipal! Tu ts'aj teen tak u número u teléfono. ¿A wojel wáaj buka'aj tu túuxtaj teen Salinas uti'al u gastoil, le genteo'? Leti' le ma' u yojelo'obo'. Cinco millones tu túuxtaj teen le épocao'. Uti'al in beetik u gastosil.

César: ¿Ba'ax gastosil?

Mario: Uti'al in beetik u gestionil Kaampech. Kin bisik tak cuatro, óoxtúul máak tin paache', yaan in ts'aik a cien pesos tu taanajo', ajan.

César: ¿Ba'ax ka solicitartik le oorao'?

Mario: Leti' le camion de pasajeo'. Si tuláakal máax a'alik teen locoen tumen ma' tu k'u'ubul teen le camiono'. Jóopelch'e'ene', u solicitarmaj todavía ti'i'. Táanil ts'a'an in tia'al teni'. Ma' tu creertik tak le presidenteo', tak le gobernadoro', ¡puta! Jak'a'an u yóol. Mario Menae', le uti'al le transitoo', tu federalil, míin seis u páakal tu p'uch in cachucha tu oficina. Ku ya'alik de que ma' bin, bueno, jamás ku ts'a'abal to'on le camiono'. Pero ka a'ala'ab ti'e', «No». Kin wa'alik ti'e': «Sabes qué, orden del señor Presidente de la República, de que ya no quiere más líos, que él quiere que la gente prospere». Mare, beyo' xi'ipal, juu. Ya'abach ba'al ucha'an teen, buka'aj ba'alo'ob, pendejada'ob, xi'ipal.

César: Mare, ya'ab ba'al a wilmaj nojoch máak.

Mario: Juu, k ilmaj, k meyajmaj. Tene', tak bejla'e', me respetaron la gente, tumen ma' tu k'alen, tu k'aleno'ob weye', pero chéen la ignorancia. Beeta'ab teen auditoría, tu tres días ka k'alpaj. Hasta tin alcanzartaj, bey in wóol, veinte mil pesos tin alcanzarte'. Jaaj, tin alcanzartaj, mismo le ku jóok'olo', le épocao', tu épocas Salomón, ku ya'alik tene' «Mira…» Tu ts'aik teen in taanaj Kaampech, tu ts'aik teen in camioneta uti'al in meyaj, tuláakal. Tumen le gentea' p'u'ujij, p'u'ujij. ¡Puta! Si taak u kíinsikeno'ob hasta, ¡puta! Tia'anen te'elo', ku t'abiko'ob gasolina yóok'ol le calabozoo', xi'ipal. Tu kíinso'ob k wakax, ba'alo'ob, tu envenenarto'ob tak k wakax. Si durochaj le ba'alo'ob, xi'ipal, uuta.

César: Le gentea', chan k'as ts'íiko'ob túun.

Mario: Mare, xi'ipal.

César: Ts'íiko'ob weye'.

Mario: Ts'íiko'ob tumen ma'… bueno, chéen jump'éel ba'al, empujarbil beeta'abiko'ob tumen uláak' político'ob, ma' wabixi'. Bey ucha'anil le ba'alo', ma' tumen wa wey u líik'il ba'ala'. Gente de afuera uti'al política ti' le beet u k'astal, ujum, ya que trabajo. Tene', tak bejla'e', tranquilo. Le ingeniero taal te' tu méek'ikena', es mi íntimo. Leti' éet meyajo'ob te' arrozo'.

César: ¿Úuch a k'ajóoltej?

Mario: Úuch in k'ajóolt le máako'oba'. Tene', le gobernador tolakjiako', tu túuxtaj teen, cinco rollos alambre uti'al in wakax. Me aprecia le gente, me conoce mucha gente, táaj ya'abal gente in k'ajóol, ya'ab gente in k'ajóol, xi'ipal. Tene', in llave, kin ts'aik u gracias ti' ki'ichkelem yuum, mix cinco in wokolmaj ti'ob. Beyo', ya que le vida beyo', hermano. Le alux túuno', le aluxo', chavo, pues yaan u momentoil u ja'asik u yóol máak. Úuch ka'ach, bueno… ja'ali' ka tu ya'alaj to'on animáas in papaje': «Ma' ch'a'ike'ex sajkil, le te' kool ku kanantiko'». Táan k máane', ¡jirim! ¡Woom! Ku ch'inik le ch'íich'o'obo', jaaj. Yaan, pero beyo', k ts'aik u yuk'ule', le ku calmar, ku calmar. Pero yaan tu'ux lugaril ku ja'asa'al u yóol máak.

César: ¿Weya'?

Mario: Weye', yaan tu'ux lugarilo'ob ku ja'asa'al u yóol. Es que yaan k'iin xane', ka propasar. Yaan le tiradoro'ob wey, nukuch máako'obe'. Yaan juntúule', chéen ken jo'opok a tsikbaltike', mejor ku yok'tik. Tene', kin wa'alik, míin ja'ats'ij, kensa'ab ba'ax beeta'ab ti'. Tumen nukuch máako'ob jach ku propasar u ts'oono'obe', ku ja'asa'al u yóolo'ob. Le máako' tak bejla', ma'atech u jóok'ol k'áaxe', tu p'ataj.

César: Tu p'ataj le ts'oon.

Mario: Pero sáansamal u ts'oon, sáansamal, hasta k a'alik ti'e': «Xi'ipal, ma' beetik le ba'al beyo'». Ti' ku wenel k'áaxe', ¿ba'axten? Tu chan juun ku máan. Pero le nukuch máako'obo', jach bin ka ts'aik meyaj ti'ob, tu kaláantikecho'ob, jach ku ts'a'abal meyaj ti'ob uti'al u kaláantiko'ob máak. Tumen u yuumil k'áaxe', yaan.

César: ¿Yaan u yuumil le k'áaxo'?

Mario: Yaan u yuumil k'áax, ¿bix mu yaantal? Je'ex le kéejo'obo', yaan u yuumilo'ob. Si yaan le kéej ka ts'oniko', marcado. ¿Bix je' u marcarta'ale'?

César: Pero, ¿bix marcadoil?

Mario: Marcado. Yaane', xota'an u xikin, yaane' tu yook, u ts'íit beya', tu xaaw beya' yaanal, blanco wa ma'e', tu kaal yaan jump'éel raya. Yaan u yuumil le ba'alche'obo', mu yaantal,

tuláakal yaan.

César: ¿Jump'éel chan tsikbal u beetmaj teech a papaj?

Mario: Tene', xi'ipal, te' tin koolo', le te' mecanizada, buka'aj kaan ku kíinsa'ali', wíinik, pero yaan kaani'. Pero chéen ta máane', ts'apakbal, puro tsáab kaan, puro. ¡Mare! Jump'éel díae', jump'éel nojoch máake', ts'u kíimil xan le nojoch máako', tin tséel yaan. Ocho kaan tu kíinsaj, chéen tu máan u chan joch jump'íit nal, hasta tu ch'a'aj sajkilil ka tu p'ataj. Ma' tu seguirt u jochiki'. Xi'ipal, tene', tin láaj ts'áamal u yuk'ulil, jáalale, bey in meen. ¿Pues ba'an maas? Wa yaan u chiichi'ile', ki'ichkelem yuum ken u ts'a u poderil to'on ma' k ilik mixba'al. Gente tin woksi', jo'ochik, ts'o'ole', chika'an máanaja'anil le kaano'ob beya'. Mix jump'éel kaan tin wilaji', xi'ipal. Leten kin wa'alik teche', yaan u yuumil k'áax, chavo.

César: ¿Ba'axten túun ya'ab le kaan yaan ka'achi'o'?

Mario: Puro kaan, pero ba'al, yaan kaan te' mecanizado ka'acho', xi'ipal. Úuch ku xu'ul le kaano', leti' ka cambio u ja'ilo', míin láaj kíimo'obi'. Pero, ¡puta! Yaan kaan te' lugar ka'acho', xi'ipal, ¡puta madre! Kin wa'alik teech hasta ka ch'a'ik sajkil. Tene', tin wu'uyik tu kíinsa'al kaane', ba'ax in k'áat ti'. Tene' tia'anen te' chúumuk in koolo', mix jump'éel kaan tin wili'. Pero kin láaj ts'aik u yuk'ulil in kool, k'áatik ti' ki'ichkelem yuum min wilik mixba'al, mixba'al. Tene', desde buka'aj k'iin jo'opok in beetik kool mix jumpáak in wila' kaan tin kool.

César: ¿Náach yaan a kool te'ela'?

Mario: Te' beel Ts'íibal Ch'e'en yaan in kool, te' naats'a', míin cuatro kilometros weye', te' jáal carreterao' tia'ani'. Yaan teen xan uláak' jump'éel tanda te' banda tu'ux yaan in wakaxo'.

César: ¿Buka'aj ka kolik túun beyo'?

Mario: Beorae', yaan teen míin, a ver, cinco, seis yaan teen te'ela', míin ocho hectáreas. Ya que bey yaanil in vidao', hermano. Juu, Chúunchintok'e', está pobre por pendejo, tu yóotaj. Porque demasiado buka'aj tractoril yaan, no era para que quede el pueblo así.

César: ¿Yaan tractor ka'achij?

Mario: Dieciocho yoondires yaan, núuk, yéetel quince mejen mosquitoso'ob, uti'al paak'al, yéetel cinco “D4”, yaan, cinco yaan.

César: ¿Tu'ux túun ts'o'okij?

Mario: ¿Ma' tin wa'alik teech ba'ax úuchi'? Tu meyajto'ob le arrozo', mil hectáreas tu prepararto'ob, tuláakal limpio. Chéen ma' tu yutstal u pak'iko'ob, u k'áat leti'obe', u k'áato'obe', ka ts'abak u tojol ti'ob ku beeto'ob. Pero maas que le banco, le kan u ts'a teech le taak'ino', nojoch máak, beya'. Lela' wa cinco mil ken u bise', tu cinco mil ku ts'a'abal teech, jumpuul. Osea, ma' jumpuuli', cada administración pero ti' ku jóok'ol uti'al flete, ti ku jóok'ol uti'al semillai', ti' ku jóok'ol uti'al tuláakal, baj. Uti'al u abanderarta'al le aviono'obo', uti'al u páaktal ich le arrozo'. Como to'on láaj explicado to'on, beeta'an to'on u cursoile'. Pues hermano, to'one', k ojel bix manejartik. Le ku xkáakpachtiko'obe', ma' tu pak'o'obi'.

César: Ma' tu pak'o'obi'.

Mario: Ma' tu pak'o'obi'. Le año je'elo' yaanjij, chéen jóok'ij. Teen xan man ti'ob, teen xan man ti'ob weye'. Camionadasil arroz kin bisik. Leten tene', ya'ab ba'al, juu, ya'ab meyajnaja'anilen. Ya que bey yaanil túun le ba'alo', hermano. Ma'alob hermano, ya'abach diosbo'otik, ts'o'ok k tsikbal.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

1. Ma' xaane' ku t'aan ti' le ba'atelil ichil le boxeador mexicano Jesús "José" Becerra ka'aj k'uch u beetuba le yáax mexicano tu náajaltaj le Campeonato Mundial ti' Peso Banta tumen derrotar u oponente Alphonse Halimi [Elí Mí] tumen nocaut (KO) ti' le octava ronda le 8 u julio , 1959. Utia'al u asab a'alajil t'aan xíimbal le enlace http://www.cyberboxingzone.com/boxing/becerra.htm, bey xan le video: https://youtu.be/-RvKXXBGT9A?si=xe_G57MeWD9nR8CU(Nota tumen Damiana Leyva Loría)

O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O

REFERENCIA: Can Canul, César y Rodrigo Gutiérrez Bravo (2016). Narraciones mayas de Campeche. Ciudad de México: Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. Recuperado de: https://site.inali.gob.mx/publicaciones/narraciones_mayas_campeche.pdf

Comentarios

Populares del mes

"La Petenera" | Sofía Alvarado Cortés | México en sus Letras | FONCA, JC 2020-2021

L6. "K'ankabil Ook", Gricelda Pech Huchin | Narraciones mayas de Campeche

"El peso de la memoria - Na jiú’ú nu pjeñe" | Francisco Antonio | México en sus Letras | FONCA, JC 2018-2019

L14. 'Nojoch loob' - "Grandes desgracias", Micaela Ek de Chi | Narraciones mayas de Campeche