Durante el curso gratuito de apreciación literaria México en sus letras | Cuentistas FONCA 2020-2021, hemos leído historias que nos conmueven de distintas maneras. Sin embargo, también hemos advertido que existen historias que desafían nuestra comprensión; incluso nos hacen dudar acerca de nuestra capacidad lectora. Si te has sentido de esa forma, déjame decirte que no es culpa tuya. Quienes escribieron las historias tenían en mente (en mayor o menor medida) uno de los siguientes objetivos principales al momento de crear un cuento:
- Provocar la catarsis
- Retar la comprensión de quienes leen
Diseños narrativos
El mundo de las historias se clasifica de tres grandes maneras:
- Arquitramas
- Minitramas
- Antitramas
Ya hemos dicho que las historias pueden tener cualquier soporte: escrito, en lengua de señas, braille, poemas, series de televisión, películas, comics, videojuegos, obras de teatro, canciones y demás. Lo que las convierte en historias es su estructura dramática o diseño narrativo, y esa característica no la tienen los otros tipos de discurso.
Las historias diseñadas como arquitramas están construidas alrededor de un protagonista activo que lucha principalmente contra fuerzas externas antagonistas en la persecución de su deseo, a través de un tiempo continuo, dentro de una realidad ficticia coherente y causalmente relacionada, hasta un final cerrado de cambio absoluto e irreversible.
Por otro lado, tanto la minitrama como la antitrama han surgido como respuesta a la forma universal de contar historias. Y una de sus principales características consiste en retar a quienes leen, provocando la ambigüedad y confusión acerca de lo que realmente ocurre en la historia, antes de provocar la catarsis.
Elementos de las historias
Protagonista
En las arquitramas encontramos a un protagonista activo, el cual persigue un deseo y hará todo lo que esté a su alcance para conseguirlo; por ello es dinámico y tiene una gran fuerza de voluntad. Es importante mencionar que en las arquitramas el protagonista será exclusivamente uno.
Por otro lado, en las minitramas conoceremos a un protagonista pasivo: será un personaje externamente inactivo, pero que persigue un deseo interior y está en conflicto consigo mismo. Otra característica de las minitramas es que encontraremos dos o más protagonistas.
Conflicto
En las arquitramas, el protagonista enfrenta una lucha con fuerzas externas: sus relaciones personales, las instituciones sociales, u otros elementos exteriores del mundo ficticio donde vive.
En las minitramas se da preferencia a las batallas que el protagonista tiene consigo mismo: sus propios sentimientos o pensamientos ya sean conscientes o inconscientes.
Acciones
En las arquitramas podemos encontrar causas externas que provocan la reacción del protagonista, del antagonista y de los personajes secundarios (en caso de existir). Dichas reacciones de los personajes se convierten, a su vez, en otras causas que producirán otros efectos en los personajes. A esto se le llama causalidad, y estas reacciones en cadena van subiendo de intensidad hasta alcanzar el clímax narrativo.
Por el contrario, la casualidad implica que durante la historia existirán una serie de acciones sin motivaciones aparentes, las cuales precipitarán acontecimientos que no provocarán efectos posteriores. Por lo tanto, la historia consistirá en fragmentos divergentes con un final inconexo.
Clímax
En las arquitramas, el momento catártico de la historia se disfruta plenamente.
En cambio, si en el clímax sentimos que alguna emoción no se satisfizo, estamos frente a una minitrama.
Final
Lo opuesto se denomina final abierto: si bien la mayoría de las preguntas se responden, quedan una o dos que siguen planteando ambigüedad una vez finalizada la historia.
Tiempo
En las arquitramas es posible advertir un tiempo lineal: son aquellas historias en donde podemos comprender qué ocurre desde el principio hasta el final. Puede incluir recuerdos del pasado, pero eso no impedirá la comprensión de los acontecimientos en un orden temporal.
Las antitramas enturbiarán la continuidad temporal, o reproducirán un caso temporal. A esto se le llama tiempo no lineal, y el efecto del mismo es que no lograremos averiguar qué ocurre antes y qué ocurre después en la historia.
Tipo de realidad
Ya hemos comentado en otras entradas del blog que las historias no son la realidad que vivimos. Son metáforas de la vida que apelan a la esencia de la humanidad. Por lo tanto, cualquier historia creada, por muy disparatada que sea en comparación con la vida cotidiana, podría ser coherente bajo las propias leyes del mundo que la rige. Por lo tanto, cuando nos referimos al tipo de realidad de las historias, nos referimos a sus aspectos formales, a su diseño narrativo.
Cuando hablamos de realidades coherentes en el diseño narrativo, nos referimos a aquellas historias que respetan los elementos y la lógica de la ambientación en la que se inscriben. Por ejemplo, si la historia es una 'novela histórica', debe apelar a todos los detalles de la época en la que se desenvuelven los personajes, y proveer el mayor número de detalles que apelen a la 'verosimilitud del momento histórico'. Si la historia es de ciencia ficción, podrá crear todos los mundos posibles, siempre y cuando incluya avances tecnológicos de la humanidad o de otras vidas extraterrestres (mira las características de cada ambientación en este video). Las historias que son consecuentes con la ambientación que proponen crean significado, es decir, logran la metáfora de la vida. Las arquitramas siempre se diseñarán con realidades coherentes.
Por otro lado, las antitramas se enfocarán en el diseño de historias incoherentes, pues crean distintos episodios con distintas ambientaciones, de tal suerte que provocan una sensación de lo absurdo.
Conclusión
Cuando estamos frente a una arquitrama todos los elementos funcionan a modo de engranajes, de tal suerte que el efecto final de la lectura es la catarsis, un final emocional e intelectualmente satisfactorio. La historia funciona como un mundo cerrado que nos deja atónitas, y debemos respirar profundamente antes de regresar a la vida real.
Por otro lado, si finalizamos la historia y nos sentimos 'extrañas', nuestras emociones son ambivalentes, o tenemos la sensación de no haber comprendido lo que ocurrió y por eso leemos cuantas veces que sea necesario, significa que estuvimos frente a una minitrama o una antitrama. Por ende, en vez de sentirnos impactadas, estamos confundidas y queremos comprender qué pasó.
Si tienes ganas de saber qué tipo de historia leíste, te invito a que evalúes tu próxima lectura a partir de su diseño narrativo. Puedes realizar una tabla comparativa y marcar en dónde se encuentra cada elemento, y al final sabrás si es una arquitrama, una minitrama, o una antitrama.
Pero recuerda, esta evaluación no es a rajatabla: las historias pueden tener varios elementos de arquitrama y un par en la minitrama; o puede tener un mayor numero de elementos en la minitrama y un par en la antitrama.
Estoy segura que si realizas este ejercicio comprenderás por qué algunas historias son digeribles e impactantes, y por qué otras no lo son tanto y retan tu comprensión.
¡Nos leemos pronto!
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Fuente
McKee, R. (2015). El guión. Barcelona: Alba Editorial.
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